Quina obra mestra!
i un punt més, llegir-lo en aquesta edició tan anys seixanta que em vaig apropiar de casa la Tiat, un record afectuós tante.
s'imposa això:
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.
(no diré en veu alta que el vaig deixar a 50 pàgines del final de tan enganxat que estava a Juego de Tronos, va sí potser algun dia d'aquests l'acabi)
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